miércoles, 18 de agosto de 2010
La literatura en los niños...y el hábito de leer, un tema de importancia.
La literatura infantil es toda obra oral y escrita para niños, entre los cuatro y quince años, y se caracteriza por la claridad de los conceptos vertidos en la pieza, la sencillez y no simplicidad de la obra, el interés que pueda despertar en los infantes y la presencia o ausencia de ciertos temas que se correspondan con su edad. La literatura infantil tiene su partida de nacimiento en la llamada literatura oral ─oralitura, la llaman algunos─ y comprende oraciones, canciones, romances, juegos infantiles y juegos de palabras, poesía, rifas, rimas, coplas, parabienes, versos escolares, retahílas, adivinanzas, villancicos, cuentos, leyendas, supersticiones, novelas, teatro, música, etc.
La literatura infantil también tuvo en sus inicios mucha relación con la fábula, la pedagogía y la didáctica en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Y muchas de las cosas que se enseñan ahora en la escuela primaria de nuestro país, están vinculadas con los juegos, los cuentos, la poesía, los trabalenguas y las adivinanzas. ¿No es acaso la adivinanza una especie de filosofía infantil en la mente de los niños, cuando buscan una respuesta en los meandros de la imaginación? Además la rica literatura de tradición oral nicaragüense puede servir de acicate para generar hábitos de lectura y la formación cultural en los infantes. Observe el ejemplo: Guindo, guindo, está colgando / miro, miro, está mirando. / Si guindo, guindo se cayera /miro, miro se la comiera. ─El perro y la carne─.
El hábito de la lectura y la curiosidad por la ciencia y la literatura, empiezan con la literatura infantil, inculcada desde el hogar a través de los cuentos orales y populares, leyendas, juegos, canciones y demás tradiciones del pueblo. Los niños que se asoman por la ventana para ver el paisaje de la literatura infantil, desarrollarán amplios conocimientos, una personalidad duradera y los valores culturales son los cimientos de sus principios en el desarrollo de su vida. Por eso, es necesario emprender estudios sobre lo que se produce para los niños y difundir las diversas creaciones como parte de la literatura en general en Nicaragua.
Aquí, en los conceptos anotados anteriormente, reside la gran utilidad e importancia de la literatura infantil, no sólo como realidad histórica, sino como forma de ponderar y difundir un género que ha permanecido casi en el olvido, puesto que, a pesar de algunas muestras de entusiasmo por las obras dedicadas a los niños, todavía no surgen los grandes creadores y estudiosos de la hermosa y placentera literatura infantil en Nicaragua. Y sin embargo, ya se mueven hogazas de pan entre los niños, que deben ser aprovechadas en beneficio de los infantes. Ya son muchos los escritores nicaragüenses, aunque no como labor esencial, que escriben poemas, canciones y cuentos para los niños. Pronto, deberá recopilarse la historia de la literatura infantil en Nicaragua y una antología de la producción para niños de todos los tiempos que sirvan como verdaderos ejes de la identidad cultural en la educación de los niños de Nicaragua. Es imprescindible e improrrogable darles el lugar que se merecen los niños y su literatura. En este sentido, vale señalar a Ediciones Distribuidora Cultural de Rolando Roque y Fundación Libros para Niños de Eduardo Báez Cruz (q.e.p.d) como dos de las pocas instituciones que publican obras para niños.
Pedro Alfonso Morales.
martes, 13 de julio de 2010
Uno de los poemas más reconocidos de Pablo Neruda, "Poema " de el libro "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"
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Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda, 1924
Inspiraciones y algo más...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMoarsqcjLir3T7UxzAi_5b3GjxyzaOk7pXjlhTpS-KWVFfpX3a_741_ynbk9eRibPp2VxB7XagRoRyYmDMRyKDassJ9l2dQPnzJyualiRkgV-_aKTfWX4kIHH7R8VhoGZULICzhU-0S4/s320/Morning_in_the_Tropics-1877-Frederic_Edwin_Church.jpg)
Una Noche
Nublado y rojizo
como si fuese a caer granizo,
en la ausencia de sus destellos
cuando reina la oscuridad,
y la sobriedad del silencio.
Mi abrigo humano
buscaba salir y purificarse
con la frescura de la naturaleza.
Pensé... un instante y proseguí
recostada en una colgante,
suave y bordada ,
que con su vaivén
agitaba mis miembros.
Observando los verdes y frondosos
gigantes que se abrazan entre sí,
como sus cabellos están unidos
y sus pies arraigados
firmemente a la tierra
sin viento que los hiciera titubear.
¿Porqué no pueden tener los míos
la misma estabilidad?
El ruido de las chicharras,
perecía el tic tac de un reloj
que avanzaba con las horas.
Quise cerrar los ojos y reconciliar
el sueño, pero…
miles de palomas volaban en la imaginación:
recuerdos, anhelos, deseos…
Cuando se lograban juntar las piezas
como las de un rompecabezas,
un silbido a mi oído,
pequeños indefensos y transmisores insectos
saboteaban mi concentración.
Nuevamente me perdía
en un éxtasis,
cuando un bramido felino,
recorriendo en busca
de saciar su sed…
Entre tantos intentos comprendí,
que no tenía ningún valor
divagar más, pues al abrir los ojos
no sabía nada…
Y exclamé: ¿Qué fue todo?
entre locura y cordura,
todo sigue igual,
¿Sería el hechizo de aquella luna llena?
Orlanda Espinoza
Carta de despedida de Gabriel García Márquez
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgREyGG56T5hQh9TInQ8wM_0uRJm3Wk11MpiM0sAO9VcyBRKJjNZyCiMs-N6Uk2xk-6WZOA9jR41m1Hiu9UIojRx_XaGOVNRNpAp0y5mGy4h1KVdPHQAusDxd0-x_PLodoYdCDKaxW3CU8/s320/gabriel-garcia-marquez.jpg)
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo."
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ